Sister Norma Poma Arpi, IHM

My vocation With Jesus and his Gospel

Mi vocación Con Jesús y su Evangelio.

Herlinda, Norma, Héctor, Violeta y mis padres María Concepción y Pedro

Mi nombre es Norma Poma Arpi, mis padres son Pedro Poma Y María Concepción Arpi, somos cuatro hermanos un varón Héctor y tres mujeres Herlinda, Violeta y yo.

Soy de una familia muy católica, recuerdo que cuando era niña todos los domingos solíamos ir a Misa junto a mis padres y mis hermanos.  Mi padre es gasfitero, el con solo 2do grado de primaria llegó a ser el gasfitero más reconocido de Sicuani y mi madre una mujer dedicada a la chacra y a la casa, los dos nos dieron la educación necesaria para defendernos en la vida, todos tuvimos educación superior, recuerdo que siempre nos decían que no querían que suframos como ellos.

Cuando terminé la secundaria, yo estudié Agropecuaria en el Instituto Tecnológico Vilcanota de Sicuani y para graduarme tenía que tener prácticas de estudio, por ello decidí irme a trabajar al Ministerio de Agricultura de Layo (zona altoandina de Sicuani).

Recuerdo que un domingo en Layo, tenía muchas ganas de ir a la Misa, así que me fui y cuando entré a la capilla, estaba tan oscuro y no había ninguna persona, me senté por más de media hora y poco a poco empezaban a llegar algunas personas, me acerqué al altar, porque allí estaba un hombre y le pregunté ¿qué hora inicia la misa? y el hombre me dijo que ellos no tenían Misa por más de 10 años. Cuando ya estuve por irme me pidió si podría leer la biblia porque había unas cuantas personas que se reunían para reflexionar las lecturas. Las personas eran quechua hablantes y yo solo hablaba el español y muy poco el quechua. Acepté leer la biblia en español y por su puesto después de la lectura esperaron que yo de una explicación. Lamentablemente no pude explicar nada porque ni yo misma sabía leer una biblia y lo leí como cualquier otro libro. El hombre me volvió invitar para el próximo domingo, yo acepté y sucedió lo mismo. Yo tenía solo 18 años, al sentirme impotente de no poder dar una explicación de lo que decían los evangelios, me fui a Sicuani buscando ayuda.

Ya en Sicuani, toqué la puerta de las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María, me abrió la Hna. Pegi era una hermana de San José que vivía con las hermanas I.H.M, pedí a la hermana que me explicara sobré la biblia y me preguntó ¿qué parte? yo le dije ¡todo! Y ella me respondió que en unas horas no aprendería todo. Le conté la realidad y mi experiencia en Layo y ella me dio unos folletos en donde explicaba algunos Evangelios. Recuerdo que uno de los folletos era del buen sembrador. Me gustó este Evangelio y el siguiente domingo yo leí el texto y pude explicar su significado, ya que el folleto lo indicaba. Toda la gente me escuchó atentos y estaban felices por la explicación que había dado. Y fue así que me invitaron para los posteriores domingos y yo acepté.

Las personas que se reunían eran de diferentes comunidades y me pidieron que si podía visitar sus comunidades también acepté. Hicimos una lista para cada domingo y empecé a salir a cada comunidad. Yo era nueva en el pueblo y no conocía el lugar, pero preguntando a la gente llegué a las comunidades.

Cuando llegué a la primera comunidad un buen grupo de personas me estaban esperando, así que empezamos la reunión con una breve oración, luego la lectura del Evangelio del buen sembrador, yo empecé a decir la explicación del folleto, y todos escuchaban y podría decir al igual que Jesús que ¡parecían ovejas sin pastor! Después de escucharme ellos hicieron muchas peticiones, estas oraciones, fortalecieron mi corazón para poder seguir con esta misión que nacía en esta etapa de mi vida.  

Fui a todas las comunidades con el mismo Evangelio y algunos cantos que había aprendido en las Misas en tiempos de mi niñez. La gente de las comunidades era muy feliz y yo también. Allí empezó mi aventura con Dios y su Evangelio, el me sedujo y yo me dejé seducir, poco a poco mi corazón ardía por Dios, ya no quería dejar esta aventura.  Estuve en este pueblo por tres meses, mi practica como agrónoma había terminado y yo tenía que regresar al instituto para graduarme. ¡Ah! había olvidado que también tenía que terminar con mi enamorado porqué había conocido el amor de Dios. Estuve completamente decidida a seguir a Jesús y a hacer su voluntad yo sentí un llamado muy fuerte de Dios que me decía que me necesitaba en esta misión y allí empezó mi vocación ya no podía parar.

Volví a Sicuani, retomé mis estudios para graduarme, me gradué junto a mi enamorado y tomé la firme decisión de acabar con el noviazgo. Así fue, terminé con él, fue muy triste y doloroso. Ahora él se encuentra en la gloria de Dios, como un ángel velando por mi fidelidad a Dios.

Desde ese momento decidí fortalecer esa vocación visitando a las Hermanas I.H.M. Ellas me invitaron a participar con el grupo de niños, jóvenes y las comunidades campesinas. Yo con mucho gusto acepté recuerdo que solía ir a la casa los sábados con los niños y los domingos a las comunidades, luego me ofrecieron un trabajo en la biblioteca y yo acepté, pero esto no era suficiente para mí.  Por lo que pedí a las hermanas si podía entrar a la vida religiosa, pero ellas me dijeron que la casa de formación estaba cerrada y que no había ninguna hermana que podía acompañarme. Bueno tenía la esperanza que algún día podría haber una hermana que me llevara a Jesús. Mientras tanto decidí estudiar enfermería porque pensé que esto me acercaría más a la gente ya que mi otra carrera era solo para plantas y animales.

Cuando tenía 20 años, dije a mis padres que yo quería ser religiosa, mi padre no dijo nada, pero mi madre dio un grito al cielo diciendo que ¡no podría ser eso! ya que ella se había sacrificado para darme una vida mejor y ahora yo le salía con esa noticia que quería ser religiosa?, ella no aceptó. Para mí fue muy duro. Recuerdo su palabra “¡Primero muerta antes de que entres a la vida religiosa!” Estas palabras me hirieron mucho e incluso ella no quería que vaya a la casa de las hermanas. Yo recé mucho a Dios para que mi madre cambie su corazón. Todas las noches oraba y lloraba por cinco años, recuerdo que mi hermana menor me decía que ya no sufra porqué mamá estaba decidida a impedir ese sueño. Pero mi corazón no paraba cada vez era más fuerte, todo esto lo llevaba en silencio con la esperanza que podría amar y servir a mi querido Jesús para toda mi vida.

Cinco años después tuve la oportunidad de hablar con la hermana Anne Munley gracias a la interpretación de Hna. Elena Egan. Yo no recuerdo exactamente que dije, pero finalmente me dijeron que iban a conseguir una hermana para que me acompañara. Y fue sí que un año después me dijeron que había una hermana que iba acompañarme en este caminar, yo estuve muy feliz pero ahora tenía que trabajar con mi madre, después de cinco años finalmente mi madre aceptó, recuerdo estas palabras: “¡Si quieres puedes entrar, pero no quiero que me regrese diciendo que ya no quieres ser religiosa!” Yo estuve muy feliz y al año siguiente mandaron a la hermana Michael Marie Hartman, para mi, fue una alegría y fue así que entré a la Congregación Hermanas Siervas del inmaculado Corazón de María el 19 de marzo del 2000 a mis 27 años.  

Antes de entrar a la comunidad me gradué como enfermera pensando que esto me ayudaría estar más cerca de la gente necesitada, pero me equivoqué, esa no era mi vocación. Ya estando en formación me di cuenta que mi vocación es anunciar el Evangelio por ello pedí a la congregación si podría estudiar educación y ellas aceptaron mi petición. Soy feliz anunciando la Buena Noticia y dispuesta a morir por ella.

Una vez que entré a la congregación, allí empezó mi encuentro con Dios, una aventura con muchos aciertos y dudas, pero Dios nunca me abandonó. Soy feliz, pero sigo rogando a Dios que le sea fiel hasta el último día de mi vida, también le pido que me ilumine cada día para poner en práctica su Evangelio y anunciar a todos que Dios nos ama y que por ello envió a su único hijo Jesús para nuestra salvación y que el Espíritu Santo nunca nos abandona. Quiero seguir anunciando el Evangelio de Jesús porque Dios me conquistó con la Buena Noticia y quiero llevarlo hasta el último suspiro de mi vida. Mi familia goza mi felicidad y mi linda madrecita y mi papá son felices con mi vocación. Agradezco a Dios por ponerme en mi camino a las Hermanas I.H.M.

Años después, Hna: Elena Egan me dijo que la palabra que Hna. Anne Munley acogió para abrir la casa de formación fue que yo le dije “esperando hasta que abran la formación me voy a volver vieja”. Esta frase hizo que hermana Anne busque una hermana que me acompañe y se habrá la casa de formación. Cada hermana que he conocido, ha colaborado para que mi vocación crezca y se fortalezca. Gracias a cada hermana IHM y que Dios las Bendiga.

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My vocation With Jesus and his Gospel.

Sister Norma on field mission

My name is Norma Poma Arpi, my parents are Pedro Poma and María Concepción Arpi, we are four siblings, a boy Héctor and three girls Herlinda, Violeta and me.

I am from a very Catholic family, I remember that when I was a child every Sunday we used to go to Mass with my parents and my brothers. My father is a plumber, he with only 2nd grade of primary school became the most recognized plumber in Sicuani and my mother a woman dedicated to the farm and the house, both of them gave us the necessary education to defend ourselves in life, we all had education superior, I remember that they always told us that they did not want us to suffer like them.

When I finished high school, I studied Agriculture at the Vilcanota Technological Institute in Sicuani and to graduate I had to have internships, so I decided to go to work at the Ministry of Agriculture in Layo (Sicuani's high Andean area).

I remember that one Sunday in Laius, I really wanted to go to Mass, so I left and when I entered the chapel, it was so dark and there was no one, I sat for more than half an hour and little by little they began to arrive. some people, I approached the altar, because there was a man there and I asked him, what time does mass start? and the man told me that they didn't have Mass for over 10 years. When I was about to leave, he asked me if he could read the Bible because there were a few people who gathered to reflect on the readings. The people were Quechua speakers and I only spoke Spanish and very little Quechua. I agreed to read the bible in Spanish and of course after the reading they expected me to give an explanation. Unfortunately I couldn't explain anything because I didn't know how to read a bible myself and I read it like any other book. The man invited me again for the next Sunday, I accepted and the same thing happened. I was only 18 years old, feeling impotent for not being able to give an explanation of what the gospels said, I went to Sicuani looking for help.

Already in Sicuani, I knocked on the door of the Sisters Servants of the Immaculate Heart of Mary, Sr. opened for me. Pegi was a sister from San José who lived with the I.H.M sisters, I asked the sister to explain to me about the bible and she asked me which part? I told him everything! And she told me that in a few hours she wouldn't learn everything. I told her the reality and my experience in Laius and she gave me some brochures where she explained some of the Gospels. I remember that one of the brochures was from the good sower. I liked this Gospel and the following Sunday I read the text and was able to explain its meaning, since the brochure indicated it. All the people listened to me attentively and were happy for the explanation I had given. And so they invited me for the following Sundays and I accepted.The people who met were from different communities and they asked me if I could visit their communities and I also accepted. We made a list for each Sunday and I started going out to each community. I was new to the town and didn't know the place, but by asking people I got to the communities.When I arrived at the first community, a good group of people were waiting for me, so we started the meeting with a short prayer, then the reading of the Gospel of the Good Sower, I began to explain the brochure, and everyone listened and I could say to the just like Jesus who looked like sheep without a shepherd! After listening to me they made many requests, these prayers strengthened my heart to be able to continue with this mission that was born at this stage of my life.

I went to all the communities with the same Gospel and some songs that I had learned in the Masses in my childhood. The people of the communities were very happy and so was I. There began my adventure with God and his Gospel, he seduced me and I let myself be seduced, little by little my heart burned for God, I no longer wanted to leave this adventure. I was in this town for three months, my practice as an agronomist had ended and I had to go back to school to graduate. oh! I had forgotten that I also had to end my boyfriend because I had known the love of God. I was completely determined to follow Jesus and to do his will. I felt a very strong call from God telling me that he needed me in this mission and that is where my vocation began and I could not stop.I returned to Sicuani, I resumed my studies to graduate, I graduated with my boyfriend and I made the firm decision to end the courtship. That's how it was, I ended up with him, it was very sad and painful. Now he is in the glory of God, like an angel watching over my fidelity to God.From that moment I decided to strengthen that vocation by visiting the I.H.M. They invited me to participate with the group of children, youth and peasant communities. I gladly accepted. I remember that I used to go home on Saturdays with the children and on Sundays to the communities, then they offered me a job in the library and I accepted, but this was not enough for me. So I asked the sisters if I could enter religious life, but they told me that the house of formation was closed and that there was no sister who could accompany me. Well, I was hoping that one day there might be a sister who would lead me to Jesus. In the meantime I decided to study nursing because I thought this would bring me closer to people since my other career was only for plants and animals.

When I was 20 years old, I told my parents that I wanted to be a nun, my father didn't say anything, but my mother shouted to heaven saying that it couldn't be that! since she had sacrificed herself to give me a better life and now I came out with the news that I wanted to be a nun, she did not accept. For me it was very hard. I remember his word "First dead before you enter religious life!" These words hurt me a lot and even she didn't want me to go to the sisters' house. I prayed a lot to God for my mother to change her heart. Every night I prayed and cried for five years, I remember that my younger sister told me not to suffer anymore because mom was determined to prevent that dream. But my heart did not stop, it was getting stronger, all this I carried in silence with the hope that I could love and serve my dear Jesus for all my life.Five years later I had the opportunity to speak with Sister Anne Munley thanks to the interpretation of Sr. Elena Egan. I don't remember exactly what I said, but finally they told me that they were going to get a sister to accompany me. And it was yes that a year later they told me that there was a sister who was going to accompany me on this journey, I was very happy but now I had to work with my mother, after five years my mother finally accepted, I remember these words: “If you want you can come in, but I don't want her to come back to me saying that you don't want to be a religious anymore!” I was very happy and the following year they sent Sister Michael Marie Hartman, for me, it was a joy and that is how I entered the Congregation Sisters Servants of the Immaculate Heart of Mary on March 19, 2000 at the age of 27.Before entering the community I graduated as a nurse thinking that this would help me to be closer to people in need, but I was wrong, that was not my vocation. Already in formation, I realized that my vocation is to announce the Gospel, so I asked the congregation if I could study education and they accepted my request. I am happy announcing the Good News and ready to die for it.

Once I entered the congregation, my encounter with God began there, an adventure with many successes and doubts, but God never abandoned me. I am happy, but I keep begging God to be faithful to him until the last day of my life, I also ask him to enlighten me every day to put his Gospel into practice and announce to all that God loves us and that is why he sent his only son Jesus for our salvation and that the Holy Spirit never abandons us. I want to continue announcing the Gospel of Jesus because God conquered me with the Good News and I want to take it to the last breath of my life. My family enjoys my happiness and my beautiful mother and my father are happy with my vocation. I thank God for putting the I.H.M.Years later, Sr.: Elena Egan told me that the word that Sr. Anne Munley welcomed to open the house of formation was that I told her "waiting until they open the formation I will become old". This phrase made sister Anne look for a sister to accompany me and the house of formation will open. Each sister I have met has collaborated so that my vocation grows and becomes stronger. Thank you to every IHM sister and God Bless you.

Sister Norma is currently a student in Sicuani, Peru.

L-R: Sisters Tomasa, Eileen, Norma, Jane and Michael Marie

L-R: Sisters Jane, Norma and Anne